Las losas macizas armadas en una o dos direcciones se utilizan por lo general hasta un espesor medio de 10 cm.
Para luces y sobrecargas que requieran un espesor mayor, se trata de subsanar el aumento de peso propio, confiando la parte resistente a nervios y rellenando la parte restante de la losa, que es la mayor, con cualquier material liviano, en cuyo caso se denominan “losas nervuradas”. De esta manera, el hormigón ocupa solamente la zona que trabaja a la compresión y envuelve a los hierros de las armaduras, formando viguetas, en la zona de tracción. En su construcción se emplean ladrillos huecos, ladrillones especiales, bloques de granulado volcánico. Las losas nervuradas tienen la ventaja de dar mayor aislamiento que las macizas y por su menor peso propio y mayor altura permiten usar menor cantidad de hierros.
Cuando se emplean ladrillos huecos, el encofrado se hace completo como en las losas llenas, pero si se usan elementos de mayores dimensiones, puede ahorrarse madera colocando las tablas solamente en correspondencia con las viguetas y haciendo descansar los bloques en sus bordes.
Para mayor información quedo de ustedes vía telefónica o electrónica.
Arq. Francisco Blancas.